Cuatro palabras: Parte 2

CUATRO PALABRAS: PARTE 2

¾    Todo el día he tratado de buscar las palabras para expresar lo que siento, mi mente solo tiene el recuerdo de tus labios, Paris me ha regalado tu presencia, la luna  me regaló el divino reflejo de tu mirada, el otoño con sus soplos te trajo a mí. Solo quiero que permanezcas a mi lado, quiero sentir los latidos de tu corazón junto a los míos. – ¡Dios mío! ¿Cómo puede ser que todas sus palabras salgan como poesía? Es como si practicara sus diálogos antes de vernos, si su intención era enamorarme lo estaba logrando. –Pensé

¾    Louise, que hermoso todo lo que dices. – Lo miré a los ojos y lo abracé. Era lo único que podía hacer después de todo no tenía palabras para responderle como realmente quería hacerlo, sus brazos me rodearon nuevamente,  mi corazón permaneció calmado, creo que ya estaba empezando a acostumbrarse, estaba volviendo a su compás habitual.

¾    ¿Quieres ser mi novia? – Me pidió susurrando en mi oído. Todo mi mundo se detuvo, no salían palabras de mi boca y en mi mente solo se repetía esa última frase una y otra vez. Sentí como tomó mi rostro y lo volvió en dirección al suyo, me miró a los ojos. Estaba derretida, nerviosa, me sentí atrapada dentro de un cuento de hadas, solo esperaba que no apareciera una bruja a robármelo.

¾    Louise… –titubeé.

¾    Necesito darle sentido a mis días, necesito que estés conmigo… –Murmuró con voz temblorosa que seguía siendo dulce y encantadora. ¿cómo espera que tenga una respuesta inmediata cuando dice cosas como esas? –pensé. Solo con su tono de voz conseguía  ponerme nerviosa.

¾    Louise… Claro que quiero ser tu novia y estar contigo. – Acepté, sus ojos se iluminaron y me besó inesperadamente. Sentí como me abrazaba fuertemente, tal vez pensaba que intentaría escaparme, pero no, ya no, ya sentía que éramos solo él y yo solamente. Sin interrupciones, sin posponer sucesos, solo él y yo. Sabía que hoy era muy parecido al ayer, pero sería muy diferente al mañana. Nuestros corazones estaban atados, listos para empezar una historia, una historia sin tachaduras, una nueva página.

El resto del día pasó entre sonrisas y besos, ya estar a su lado no me ponía nerviosa, solo hacía que el momento se volviera mágico, es increíble como un sentimiento lleva a mil preguntas, pero ahora no era momento de responderlas, era momento de estar con él, de sonreír. Era increíble como interpretaba cada uno de mis gestos, era como si tuvieran las respuestas del universo de su lado, cada vez que completaba alguna de mis palabras recordaba la canción “You and me” de “Plain White T’s”, que dice: “Tu sabes lo que voy a decir antes de que mi boca haga algún sonido”.

Fuimos hasta le mirador y tomamos cientos de fotos, di gracias a Dios cuando vi mi cámara en mi bolso pues no había planeado traerla, y era una coincidencia bastante grata el no haberla sacado desde la última vez que salí con ella. Era increíble lo rápido que había pasado nuestra tarde, fue maravilloso este día, todo lo que había sucedido había sido grandioso, pero ya era hora de regresar a casa, estaba un poco cansada y hoy había caminado mucho.

¾           El día de hoy ha sido grandioso, gracias. – Agradecí sonriente.

¾           No tienes que agradecer el hecho de que quiera estar a tu lado. – Sonrió y acarició mi mejilla.

Caminamos hasta el carro y él me abrió la puerta; Louise era muy caballeroso y eso me parecía encantador y halagador, pero definitivamente era algo a lo que aun no me acostumbraba. Arrancamos rumbo a mi departamento, el trayecto fue largo, pero a nosotros se nos hizo corto pues nos mantuvimos hablando durante todo el camino.  Mientras él manejaba, sentí como tomó mi mano con una de las suyas.

Llegamos hasta el edificio, despedirnos no fue tan complicado como la noche anterior, cada vez se me hacía más fácil estar a su lado, me besó, salí del auto y esperó a que yo entrara antes de irse. Subí por el ascensor con una de esas sonrisas que no podía borrar de mi cara, era como si la tuviera tatuada a ella, desgraciadamente no era así, mi sonrisa se desvaneció y mi corazón se encogió cuando llegué a mi piso y Christ estaba ahí esperando en mi puerta, me regaló una sonrisa y mi corazón recibió un pinchazo. Ya era hora, debía contarle, aunque no estaba preparada para hacerlo. Caminé hasta donde estaba y lo saludé:

— Hola Christ. -besé su mejilla.

— Hola Lau ¿como estás? Ya esta es la quita vez que vengo a buscarte. -asintió.

— Lo siento, es que... -suspiré

— ¿pasa algo? - me preguntó

— Christ... -suspiré de nuevo. No tenía el suficiente valor ni la preparacion psicologica para dejar escapar esas tres palabras que juntas daban a entender que se acercaba algo malo.

— ¿Que pasa lauren? - estaba empezando a sentirme presionada, su insistencia en saber era desesperante y lo peor de todo es que yo sabía que luego de esto seguramente él no querría ni verme.

— Necesito hablar contigo. - Desgarraron mi garganta esas palabras que tanto me había costado decir.

— Si, dime... - dijo confundido.

— Christ... - suspiré de nuevo. Se me estaba haciendo muy dificil esto, no quería hacerle daño y mucho menos que nuestra amistad se acabara, tenía miedo, pero la había pasado muy bien hoy con Louise y estaba muy feliz como para llorar.

— Lauren ¿dime que pasa? - preguntó de nuevo.

— Christ, prometeme que lo que te diré no afectara nuestra amistad.  

— Por supuesto, pero dime ¿que sucede?... - sus sonrisas se habían extinto y mi garganta estaba mas anudada que los audifonos de mi ipod. -suspiré de nuevo-

— ¿Recuerdas a Louise?

— Si - Noté como se le hizo dificil dar esa corta respuesta.

— Bueno...

— ¿que sucede con él?

— Christ... - suspiré. — él - añadí y suspiré de nuevo.

— ¿él que? - preguntó

— Èl... él es mi novio. -dije.

Todos los derechos Reservados. (c) 2011 por Autores: Victor Yustiz y Sharlot Vargas.

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NOTA: Con este capítulo culmina la primera temporada o primera parte de SAN VALENTIN EN PARÍS, pronto habrá mas información de la historia y su continuación. Feliz Navidad.