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viernes, 4 de noviembre de 2011

Visita de papá: Parte 2




VISITA DE PAPÁ: PARTE 2


Tomé aire y seguí caminando en dirección a él, me percaté de que se

 había dado cuenta de mi presencia al momento en el que su postura cambió un poco, cambió el peso de un pie al  otro... Me miró fijamente y seguidamente le dediqué una media sonrisa; suspiré al momento en el que él me devolvió la sonrisa, solo que esta era tan perfecta, tan hermosa como siempre lo había sido.

—    Hola Christ ¿Cómo estás? - Intenté evitar ese nudo en la garganta y sonar entusiasmada.

—    Hola Lauren, bien -respondió — Te presento a Camille - añadió. Ella estrechó mi mano. Era blanca y parecía una bailarina de ballet.

—    Un placer, he escuchado hablar de ti, eres la chica que tropieza en los aeropuertos ¿no? – Saludó sonriente y seguidamente mi mirada se posó en Christ quien tenía sus mejillas un poco mas coloradas de lo normal.

—    Y bien, ¿Qué haces aquí? – preguntó Christ algo acelerado.

—    Jajá, si, ese es uno de mis hobbies preferidos, tropezar con las personas, y a ver ¿Qué mas has escuchado de mi? –pregunté a Camille interesada en que le había contado Christ de mí. Definitivamente no podía simplemente ignorar la pregunta que Christ me había hecho, por lo que volqué mi mirada a Christ y le respondí: —  Mi papá llegará en cualquier momento, pasará unos días aquí, vine a esperarlo -sonreí.

—    Sé que también eres la chica de las fotos de la exposición de Christ. – Añadió Camille y de inmediato noté ese rostro inexpresivo de Christ luego de oír esas palabras que recordaban el problema de aquel día de la exposición fotográfica. Odiaba verlo así.

—    ¿A qué hora llega tu papá? – Preguntó Christ de una forma tan inexpresiva y vacía.

—    Se suponía que a  las 9:00 am, pero ya son las 9: 33 am - aseguré mirando mi reloj.

—    ¿Dónde tiene que hacer escala tu papá?, - preguntó Camille

—    Creo que en Madrid - respondí

—    El vuelo de Madrid se retrasó por problemas con el avión, asignarán otro avión, tu papá tardará en llegar - aseguró Camille.

—    Ahora entiendo, bueno gracias, esperaré a que llegue papá entonces, esto tardará un poco. - suspiré.

—    Bueno me tengo que ir, necesito buscar unos papeles. Fue un placer conocerte Lauren, espero verte en otra ocasión. –dijo Camille. De inmediato los latidos de mi corazón se detuvieron al ver como ella agarró la mano de Christ y lo abrazó fuertemente. Sentí ira y seguidamente volqué mi mirada hacia el ventanal del aeropuerto. Volvieron a mi mente esos recuerdos en donde Louise me abrazaba luego de llegar del Moulin Rouge y Christ nos viera, recibí con desprecio esa dosis de dolor, esa sensación que seguramente fue igual a la que sintió Christ en ese entonces. No creo en el karma, pero esto era algo más que una simple coincidencia.

—    Un gusto conocerte - dije con esa mirada que perforaba el gran ventanal y se mantenía fija al horizonte.

—    Adiós Camille, nos vemos ahora, hoy te toca elegir la película a ti -anunció Christ mientras se despedía de esa chica que estaba empezando a incomodarme. ¿Porque?, no lo sé, solo no me agradaba. No cabía en mi cabeza el hecho de que estuvieran viéndose mientras a mi me ignoraba, no pude evitar el demostrar que eso me había perforado el corazón.

—    Christ... –Abrí la boca y la volví a cerrar al momento de darme cuenta de la forma en cómo miraba a Camille mientras se iba... - Suspiré - Inhalé el suficiente aire y exhalé e intenté de nuevo decir esas palabras que yo misma había interrumpido: — Christ, ¿podemos hablar? – Pregunté y de inmediato observé como su rostro giró en dirección contraria a mí para seguidamente mirarme fijamente a los ojos.

—    Creo que no es necesario... -suspiró

—    Solo quiero que estemos bien... -repliqué mientras intentaba ocultar esas lagrimas que pedían salir de mis ojos. — Christ, te extraño –añadí con voz quebrantada. ¿Que estaba diciendo? ¡No debí confesarle eso! -pensé. Necesito controlar mis pensamientos ese “te extraño”, no era muy oportuno en este caso... Sostuvo su mirada y su postura cambió nuevamente, estaba empezando a sentir como ese Christ, mi amigo volvía poco a poco.

—    Discúlpame Lau,  se que actué mal, no debí molestarme, Solo que... él… no lo sé, simplemente no me inspira confianza. -dijo —  Aparte, ese día solo quería que estuvieras conmigo -añadió. Mis ojos se iluminaron luego de haber escuchado que volví a ser Lau para él. Realmente sonaba tan perfecto viniendo de sus labios, viniendo de él. -sonreí-

—    Discúlpame tú a mí, no debí mentirte -dije arrepentida. — ¿Volvemos a ser amigos? -pregunté

—    Nunca dejamos de serlo. -se acercó y acarició mi mejilla- — Solo tuvimos desacuerdos... - sonrió... Fue relativamente imposible evitar no abrazarlo; él se quedó inmóvil y seguidamente me devolvió el abrazo. Inconscientemente me aparté bruscamente cuando recordé que abrazó a Camille.

—    ¿Qué pasa? - preguntó precipitado.

—    Nada, nada, lo siento. - respondí —  recordé que mi papá debe estar por llegar - mentí.

—    Bueno, ¡será mejor que vayamos averiguar a qué hora llega su vuelo! - exclamó con entusiasmo.

            Caminamos en busca de la cartelera de los próximos vuelos, y entre charlas y sonrisas precipitadas nos dimos cuenta que el vuelo tenía 2 horas de atraso. Según, en Madrid estaba lloviendo y tuvieron que atrasarlo. Lo que me había dicho Camille del problema con el avión era falso, o tal vez la información que colocaban aquí lo era, en fin, no sabía a quién creerle, pero después de lo que había visto y la rabia que incrementaba, le creía más a lo que decía la cartelera de vuelos que a ella. Pudimos conversar más, solo saltamos el tema de Louise. Él en realidad no quería preguntar y yo definitivamente no quería hacer ningún comentario que lo incluyera.

            No encontraba la manera de preguntarle qué: ¿que haría con Camille más tarde? Mi curiosidad era agobiante, me armé de valor, suspiré y finalmente le pregunté:

—    ¿Qué harás ahora en la noche?

—    Eh... -titubeó- — Saldré con Camille -añadió

—    Ah... -tragué amargo.

—    Iremos por una película... -anunció

—    Que divertido, hace días vi una. Se llama Waiting for forever, deben verla, es súper romántica. -sugerí… ¿En que diablos estaba pensando? No se suponía que debía estar diciendo eso, o más bien sugiriendo una película para que la vieran ellos juntos. Que estúpida soy -pensé

—    Le diré... Hoy le toca elegir a ella, pero ya género romántico pasamos, ahora estamos en suspenso. - admitió

—    Que divertido, bueno de suspenso últimamente no he visto alguna que me convenza -Fingí una sonrisa- ¿Y  a que cine van?, -pregunté desinteresada.

—    No, no vamos al cine; las alquilamos y la vemos desde casa de Camille – dijo y de inmediato pensé en cambiar el tema, no quería saber nada que fuera incómodo para mí.

—    ¡Qué bien!, -Exclamé desinteresada y desvié mi mirada al ventanal del aeropuerto. Fijé mis ojos en esa majestuosa nave que cada vez se iba acercando, allí era donde mi papa venia. — ¿Quieres conocer a mi papá? – le pregunté

—    Me encantaría… - sonrió. Nos acercamos al ventanal, lo observamos bajar del avión, le señalé a Christ quien era mi papá, la emoción se desbordaba, estaba algo nerviosa, no sabía cómo reaccionaría mi padre ante Christ. Suspiré y corrí la dirección a él para abrazarlo.

—    Hola papi ¿Cómo estás?

—    Siento haberte hecho esperar mi amor – me besó y me abrazó fuertemente.

—    No importa papi ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu viaje?, -pregunté

—    Un poco agotador, ¡pero estuvo bien hija! –exclamó cansado.

—    Papi, te presento a mi amigo Christ, vive en mí mismo edificio. – de inmediato la mirada de papá se fue en dirección a Christ, de mi cabeza no salía el hecho de que de pronto quisiera golpearlo, por suerte no fue así…

—    ¡Un placer muchacho! –exclamó contento — ¿Cómo estás? - preguntó papá

—    Muy bien señor, ¡el gusto es mío! – exclamó Christ asomando una sonrisa.

            Fuimos en busca de las maletas, mientras papá hablaba con Christ, realmente sentía que se agradaban, a papa le dio gusto que estudiara y trabajara. Le habló de la exposición de fotografía, de cuanto amaba su carrera, de su trabajo, de cómo nos conocimos, en realidad de cómo lo tropecé. Siento que esa historia nunca la olvidará, tanto así que debería tomar en cuenta la opción de empezar a presentarme como: “Hola soy Lauren la chica que tropezó con Christ el día de su llegada a Paris” –jajá-sonreí- Recogimos las maletas y salimos a tomar un taxi:

—    Bueno muchacho espero verte pronto… - se despidió mi papá.

—    Yo también señor fue grato hablar con usted – dijo Christ

—    No me digas señor dime Thomas.

—    Ok está bien señor Thomas. –corrigió Christ. — Chao Lau, nos vemos pronto. – Se despidió abrazándome. Por un momento pensé que mi padre se volvería loco, pero no, debía empezar a aceptar que él había cambiado en cuanto a ese aspecto de ser sobreprotector conmigo. — Yo también te extrañé -susurró en mi oído. Mis ojos se iluminaron y drásticamente se nublaron con ese incomodo recuerdo en el que él abrazó a Camille.

—    Chao Christ, nos vemos pronto. – me despedí.

            Nos montamos en el taxi y le pedí que nos llevara al departamento. Papá no dejaba de abrazarme, llegamos a el edificio, bajamos el equipaje, el señor del taxi nos ayudó amablemente; nos fuimos directo al departamento. Papá me dijo que no tenía hambre, que ya había comido algo en el avión, que solo quería dormir un poco. Dejó su equipaje en un cuarto y sacó de su maletín una caja, parecía un obsequio:

—    Esto es para ti, espero que te guste… -dijo y me entregó el obsequio. — y funcione… -añadió incrédulo. Abrí la caja y era exactamente lo que necesitaba: un atrapasueños. Era hermoso, de plumas amarillas y cuencas negras. La red era negra y la cuenca del centro amarilla.

—    Papá es hermoso… -Exclamé agradecida. — Ahora tengo que buscar un lugar para colgarlo según la historia tiene que ser cerca de una ventana –añadí

—    Debes de llamar a tu mamá y decirle que te gusto, ella tuvo la idea en comprarlo para así lograr calmar un poco esas pesadillas… - añadió.

—    Más tarde la llamo. – dije — Gracias papá, ¡enserio me encanta! -exclamé

—    De nada mi amor, ve a colgarlo. Yo iré a descansar un rato. - bostezó

—    Ok papi que descanses. – besé su mejilla.

           No sabía dónde colgarlo, estaba tan emocionada… Decidí colgarlo en la ventana; lo amarre con un hilo de forma que no se cayera con la brisa. Tomé el resto de la tarde para conectarme al internet y hablar con mis amigos, llamé a mi mamá y le informé que papá había llegado, le agradecí por el atrapa sueños y decidí irme a la cama para por fin probarlo, necesitaba saber si realmente funcionaba, necesitaba quitar de mi cabeza esa constante pesadilla que me traía confundida últimamente.

Todos los derechos Reservados. (c) 2011 por Autores: Victor Yustiz y Sharlot Vargas.

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